VolverEn España, el «Exit Tax» implica un pago adicional para los contribuyentes con cierto patrimonio al cambiar su residencia fiscal fuera del país, vinculado al Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). Esta obligación, establecida en 2015 y común en la Unión Europea, busca distribuir la autoridad tributaria entre los estados miembros.
Se aplica a las ganancias latentes de quienes trasladan su residencia fiscal, asegurando el pago de impuestos antes de salir del país, simulando la tributación como si la transmisión de activos ya hubiera ocurrido.
Los Matices del Exit Tax en España: Exclusiones y Condiciones Específicas
Sin embargo, no se aplica de manera general, ya que este impuesto solo afecta a contribuyentes con un determinado nivel de patrimonio, excluyendo a la mayoría de los residentes en España. Para que el contribuyente esté sujeto a este impuesto, deben cumplirse ciertos requisitos:
- Haber sido residente fiscal en España durante al menos diez de los últimos quince años.
- En el caso de aquellos que previamente hayan optado por el régimen especial de trabajadores desplazados a España, el plazo de los diez años se contabilizará a partir del primer periodo en el que no apliquen dicho régimen especial.
- Ser titulares, a 31 de diciembre del periodo impositivo, de acciones o participaciones cuyo valor de mercado, para efectos del IRPF, exceda conjuntamente los 4 millones de euros, o cuyo porcentaje de participación en la entidad sea superior al 25%, siempre que el valor de las participaciones en la entidad supere el millón de euros.
Es importante señalar que el régimen especial se aplica únicamente al conjunto de participaciones que cumplan con estos requisitos, no a todas las que posea el contribuyente, a diferencia del primer umbral.
Plazos y Opciones: Exit Tax al Cambiar Residencia Fiscal en España
Los ingresos de estas fuentes deben declararse en el último periodo fiscal en que el contribuyente sea residente en España y esté obligado a presentar una autoliquidación del IRPF. El pago correspondiente, efectuado a través de una declaración complementaria, debe realizarse un año después de confirmar el cambio de residencia fiscal. Si la decisión de trasladarse se toma en la segunda mitad de 2023, el Exit Tax se abonaría en junio de 2025.
Es importante destacar la opción de postergar el pago al cambiar la residencia:
- Un plazo de 5 años en caso de traslado temporal a un territorio con el que España tiene un convenio de doble imposición.
- Un plazo de 10 años en traslados por motivos laborales, siempre que el destino no sea un paraíso fiscal.
Se sugiere considerar la solicitud de aplazamiento, ya que conservar las carteras de valores y regresar como residente fiscal extinguirá la obligación de pagar el Exit Tax.
Aplazamiento y Tributación: Estrategias frente al Exit Tax en Carteras de Valores
Las carteras de valores afectadas por el Exit Tax están sujetas a tributación como transmisiones, aplicando la escala del ahorro al valor de mercado menos el valor de adquisición. El tipo impositivo actual en el IRPF es del 26%, pudiendo llegar al 28% en 2023.
¿Es posible posponer el Exit Tax temporalmente? De forma temporal sí, a través de aplazamientos. Para considerarlos, se analiza primero el destino:
Si el destino está en la Unión Europea:
Según los tratados de la UE, al cambiar la residencia a otro Estado Miembro de la UE o del EEE, la ganancia puede aplazarse hasta diez años, siempre que no se transmitan las acciones y se mantenga la residencia en un Estado miembro.
Se debe cumplir con la obligación de comunicar a la Administración tributaria, declarar el nuevo Estado de residencia y cambios, y mantener la titularidad de las acciones.
Si no se cumplen estas condiciones en diez años, se requerirá la autoliquidación de la ganancia, incluso si la transmisión de las participaciones ocurre después de ese plazo.
Desplazamiento Laboral: Estrategia para Mitigar el Impacto Fiscal al Cambiar la Residencia en España
Una opción adicional para cambiar la residencia fiscal y evitar el Impacto Fiscal del Cambio de Residencia (Exit Tax) es el desplazamiento temporal por motivos laborales. Aunque implica un aplazamiento en lugar de una exención, el contribuyente debe notificar el desplazamiento y proporcionar garantías para el eventual pago de la deuda tributaria.
La normativa permite un máximo de cinco años, con posibilidad de extensiones, para este desplazamiento laboral, reconocido cuando se ejerce una actividad en el país de destino, ya sea por cuenta ajena o propia. Optar por un empleador del país de destino garantiza una cobertura completa.
En el caso de poseer un considerable volumen de acciones o participaciones, el cambio de residencia fiscal requiere consideración cuidadosa, ya que, en ausencia de disposiciones específicas en el tratado de doble imposición entre el país de salida y llegada, la venta de las participaciones después del cambio de residencia implicaría tributación en el país de destino, dando lugar a una doble imposición.
Este impuesto puede ser un obstáculo para inversores extranjeros y grandes fortunas que buscan establecerse en España a largo plazo. A pesar de sus atractivos, España no se presenta como un paraíso fiscal ni como un destino fiscalmente acogedor para estancias prolongadas.
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