VolverNo actualizar el impuesto en función de la inflación ha encarecido la cuota media a pagar en 698 euros por declarante.
En 2008 se puso en marcha la estructura del actual modelo del Impuesto de la Renta de las Personas Físicas (IRPF). Desde entonces, ningún Gobierno adoptó medida alguna de actualización de la tarifa ni el resto de los elementos de este impuesto. Esto ha hecho que se vaya alterando este impuesto en función de la evolución en los precios. Desde 2008 hasta 2021 se ha producido una subida por este impuesto de 14.379 millones de euros. De esa cantidad, 4.110 corresponden a 2021, cuando los precios acabaron en el 6,5%. Esto supone que cada contribuyente ha debido hacer frente a un sobreimpuesto de casi 700 euros.
Asimismo, desde 2008 hasta 2021, el IPC acumulado registró un incremento del 20,5%. El año 2021 fue el año de mayor descontrol de los precios. En este periodo, algunos registros fueron más modestos, con incluso tasas negativas en los años 2020 y 2014 y tasa cero en 2015. Al no deflactar la tarifa de este tributo en función del IPC, se trata de una subida de impuestos.
Esto es la fiscalidad “en frío”, ya que no se actualiza la tarifa del impuesto y el resto de elementos en función de la inflación. Supone una subida impositiva encubierta sin que los Gobiernos adopten medidas discrecionales. Todos los contribuyentes, sin excepción del nivel de sus rentas, pagarán más pese a haber perdido poder adquisitivo. Los madrileños y los catalanes son los contribuyentes más afectados, con aumentos de 861 y 796 euros.
Según los datos adelantados por Hacienda, al cierre de 2021, tras experimentar un crecimiento del 7,5%, la recaudación por IRPF aumentó a 94.546 millones de euros.
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