VolverEl año 2024 trae consigo una serie de cambios fiscales significativos que impactarán en los contribuyentes. Desde modificaciones en las obligaciones de declaración en el IRPF, hasta la posibilidad de recuperación del Impuesto sobre el Patrimonio en algunas regiones y ampliaciones en las deducciones por obras de eficiencia energética y donativos. A continuación, destacamos las principales transformaciones que pueden afectar a los contribuyentes:
Más impuestos para los arrendadores de vivienda:
Una de las modificaciones más notables es la reducción del beneficio fiscal aplicable al rendimiento neto en los alquileres de vivienda habitual, que pasa del 60% al 50%. Esto implica que la mayoría de los arrendadores tributarán más a partir del 1 de enero de 2024 en contratos de alquiler de vivienda firmados a partir de esta fecha.
Cambios en la obligación de declarar en el IRPF:
La campaña de Renta del año 2023 comenzará el 3 de abril de 2024 y finalizará el 1 de julio. Se mantienen los límites de ingresos para determinar la obligación de declarar, continuando en los 22.000 euros los ingresos íntegros del trabajo. Además, los autónomos estarán obligados a declarar si estuvieron dados de alta en algún momento de 2023 en el Régimen Especial de Autónomos o en el Régimen Especial de los Trabajadores del Mar.
Impuesto sobre el Patrimonio:
Las comunidades autónomas de Madrid y Andalucía recuperan el Impuesto sobre el Patrimonio, con el objetivo de asumir los importes que la administración central recaudaría a través del Impuesto de Solidaridad de las Grandes Fortunas si hubieran mantenido la bonificación.
Deducción por obras para mejora de la eficiencia energética:
Se amplían las deducciones temporales en la cuota íntegra estatal del IRPF para obras de rehabilitación que contribuyan a mejorar la eficiencia energética de la vivienda habitual o arrendada.
Incremento de la deducción por donativos en el IRPF:
A partir del 1 de enero de 2024, se eleva la base sobre la que se puede aplicar la deducción por donativos a entidades sin ánimo de lucro de 150 a 250 euros, con un aumento del porcentaje de deducción del 35% al 40%, y un incremento al 45% si se ha realizado una donación a la misma entidad en los dos años anteriores por el mismo importe.
Estos cambios fiscales suponen una adaptación a las nuevas realidades económicas y sociales, buscando un equilibrio entre la recaudación y el fomento de determinadas actividades.
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